En el alquiler, a buen entendedor bastan sólo una serie de consejos claves para conseguir que el inmueble esté listo para ser alquilado. Muchos propietarios se preguntan el porqué, en ocasiones, les resulta tan difícil alquilar y, a veces, suele ser suficiente con afanarse en poner a punto la vivienda y su estado en cuestión para hacerla más atractiva si cabe y poner así su inmueble en la pista de despegue para su correspondiente arrendamiento.
Al respecto, la adecuación y adecentamiento del inmueble o vivienda es la clave. ¿Qué hay que hacer?…
Marchando una de limpieza, pintura y arreglos varios
Es fundamental que la vivienda que se vaya a alquilar cause, de entrada, una muy buena impresión. Para ello, primeramente, habrás de realizar cualquier arreglo de desperfectos producidos por el uso o habitabilidad del inquilino anterior, inclusive, afanarte en labores de obra y reparación si fuera el caso (adecentamiento de suelos, parqué, azulejos, puertas, embellecedores, etc.). Tras ello, sería recomendable renovar la pintura para que paredes y techos luzcan a la perfección evitando así cualquier tipo de manchas, desconchones, etc. ya que es uno de los elementos claves que pueden transmitir limpieza y confort al posible inquilino.
Finalmente, no debes obviar una buena limpieza y desinfección a fondo de todas las estancias y elementos propios del hogar. Inclusive, será el momento preciso para renovar la decoración y mobiliario existente (cortinajes, sofás, lámparas, etc.). Apuesta por mobiliario funcional, renovado, moderno y retira lo que puede ser un estorbo o luzca un estado viejo o de abandono.
Cuidar de todos los detalles
El ojo humano tiende a percibir hasta el último detalle. En este sentido, has de regalar la vista a tu futuro inquilino. Para ello, nada mejor que realizar una inspección a fondo de todos los elementos del inmueble; es decir, de las instalaciones de gas, electricidad, puertas, ventanas, estado de la fontanería etc. Una mala pasada sería que cuando estés enseñando al inquilino la vivienda se encuentre con desperfectos y averías que le hagan echarse para atrás.
Es más, si fuera necesario, en el momento de la visita tendrás que encargarte de que todo luzca bonito, evitar olores, usa ambientadores, levanta las persianas, despersonaliza la vivienda de cualquier recuerdo o elemento personal, etc. ¡Todo puesto a punto! Porque hasta el más mínimo detalle transmite, y mucho, el estado del inmueble y cómo este influye en la mirada del perceptor, del inquilino.
No te líes con la burocracia de suministros y el precio final de alquiler
Otro aspecto importante para la mejor adecuación es dar de alta los suministros principales de agua, luz y gas y, por supuesto, habrán de estar al corriente de pago. Así evitarás la demora de la burocracia (un mes como mínimo) que podría hacer replantear al inquilino el desinterés por alquilar tu vivienda. Ten todo atado y en el momento del arrendamiento sólo tendrás que hacer un simple trámite de cambio de titularidad.
El precio también ha de ser lo más atractivo posible. No te líes, ni tampoco te dejes liar. Al respecto, basta con fijar un buen criterio sobre la cuota final de alquiler en función del estado y confort de la vivienda, competencia de la zona, situación del mercado actual, etc. El precio lo decides tú en función de dichas razones, pero sabiendo que es un elemento clave para cerrar con éxito la operación.
Promociona tu piso de manera adecuada
Teniendo todo listo estarás en disposición de poner en el escaparate tu vivienda. Para ello, nada mejor que hacerte con unas buenas fotos de todas las estancias, al menos de las más significativas, con los encuadres más interesantes y atractivos porque son el mejor testigo para hacer atractiva tu oferta de alquiler. Y si no, confía el proceso en manos de los verdaderos expertos que harán que tu inmueble o vivienda luzca a la perfección y tenga el mejor de todos los inquilinos posibles.
