En invierno, por ser una de las estaciones del año que más recursos necesitamos, suele dispararse las diversas facturas de los suministros contratados en nuestro piso de alquiler. Para que la facturación no te traiga por el “camino de la amargura”, nunca mejor dicho, nada mejor que optimizar el consumo a través de esta serie de consejos ahorrativos como los que te proponemos.
Electricidad
Se ha convertido en los últimos años en un bien de lujo, a pesar de ser la primera necesidad. Para ahorrar en el consumo eléctrico del hogar, lo primero de todo, tendrás que revisar la tarificación que tienes contratada y tratar, en la medida de lo posible, de ajustarla a las frecuencias de mayor gasto energético para propiciar el ahorro del inmueble.
Otras opciones, igualmente válidas, son optar por diferentes trucos para mantener el calor, como por ejemplo los paneles reflectantes para los radiadores (permiten rebotar el calor procedente de su parte trasera mejorando la eficiencia de la calefacción en un 30%) o instalar perfiles aislantes en bajopuertas. Son algunas alternativas que optimizarán el control del gasto energético.
Respecto a los aparatos electrónicos y electrodomésticos, mucho cuidado con el stand by ya que supone un consumo energético innecesario que notarás en la factura de la luz. Un televisor toda la noche en stand by podría llegar a gastar igual que dos horas en su pleno funcionamiento. Por ello, no olvides desenchufar aquellos aparatos que no vayas a utilizar (incluyendo el cargador del móvil) o usa regletas para apagar totalmente varios a la vez.
De igual modo, otra medida de ahorro importante es decantarte por el uso de bombillas LED o de bajo consumo, puesto que pueden reducir hasta un 80% el consumo en electricidad. A su vez, evitar los denominados “electrodomésticos vampiro” (microondas, televisor de tubo) que presentan un elevado consumo, e incluso apagados pero enchufados, son medidas sencillas que te permitirán ganar en ahorro.
Calefacción
Purgar los radiadores, al comienzo del invierno, implica una eficiente medida ahorrativa ya que suelen acumular pequeñas burbujas de aire que impiden el paso del calor y por tanto, no calientan con suficiente potencia dejando así desperdiciar la energía.
De igual modo, conviene mantener el control de la temperatura. Las subidas fuertes de la misma provocan un gasto extra, 21 grados son suficientes para calentar las habitaciones del hogar. A su vez, si quieres ahorrar en calefacción, evita calentar aquellas estancias vacías y programa su encendido en las horas que estés en casa. No tiene sentido que dejes encendida la calefacción, aunque sea a baja temperatura, en aquellas franjas del día en las que estás fuera del domicilio.
Agua
En invierno, aunque se gasta menos agua que en verano, es importante también optimizar el gasto. Los mejores trucos se mantienen inalterables: cierra los grifos siempre que no los uses, dúchate en lugar de bañarte, reutiliza el agua siempre que sea posible, utiliza moderadamente el lavavajillas mejor que hacerlo a mano, no utilices el inodoro como papelera, arregla cualquier fuga de agua, grifos estropeados, etc.
Ahorrar en invierno nunca había sido tan fácil, ¿verdad? Pues, ya sabes, pon estos trucos a prueba y acabarás ganando la batalla a la factura de los suministros más básicos. ¡Ni lo dudes!