Dice una expresión popular que “quién vende, acaba”. En este caso así es. Con el alquiler las posibilidades de rentabilidad son mucho menos limitadas que en el caso de que tengas que enfrentarte a la venta de cualquier inmueble o vivienda. Por tanto, si aún estas en duda, vayan nuestros consejos u orientaciones por delante. ¡Ahí las dejamos caer!
Sencillez y rápidez
La venta de un inmueble, por naturaleza, se muestra sometida a un proceso farragoso y, en ocasiones, no exenta de complicaciones. La gestión burocrática del alquiler es más sencilla, rápida y hasta accesible. Por ello, la tramitación en un caso u en otro es bien distinta. En la compraventa del inmueble los numerosos gastos, “papeleos” e incluso el tiempo empleado hacen que el proceso pueda convertirse más bien en una carga, no así ocurre en el caso del alquiler donde cualquier trámite se concentra en un simple proceso de contratación de arrendamiento que es más ágil, simple, llevadero y hasta optimizable en el tiempo, no digamos en los resultados.
Competitividad restringida
El mercado de venta de inmuebles o viviendas es mucho menos competitivo que el del alquiler donde las posibilidades son múltiples y de lo más variadas, incluso el mercado de compraventa se halla saturado.
A ello se une, la inevitable variación de los ciclos económicos que ponen los precios en un “callejón sin salida” hasta conseguir desestabilizarlo. En el caso del alquiler tal coyuntura puede darse, pero la competitividad es mucho menos restringida puesto que la rentabilidad del alquiler, al ser mucho más amplia, permite equilibrar cualquier intento desestabilizador del mercado ante posibles riesgos adversos.
Libre de costes de mantenimiento
En ocasiones, un piso o vivienda en propiedad puede convertirse en toda una carga. Para nada el alquiler lo es, mostrándose mucho más complaciente respecto a los costes derivados del mantenimiento del inmueble al que tiene que hacer frente cualquier propietario. En el caso de la compraventa los gastos son más elevados y constantes (desperfectos, arreglos, reformas, etc.). Ello unido a un menor deterioro en el caso del alquiler lo que implica un margen de beneficio más rentable y atrayente.
Un chollo asegurado
El alquiler ofrece unas garantías de rentabilidad mucho más atractivas y ventajosas que las que puede ofrecer la venta de una vivienda. Cualquier arrendamiento es innegable que viene a ser una fuente inagotable e ilimitada de ingresos, si está bien gestionado claro. No ocurre lo mismo en el caso de la venta, donde la ganga dura lo que dura el dinero obtenido de la misma. Así que, el margen del alquiler en cuanto ingresos se refiere es mucho más productivo y beneficioso, incluso, de por vida….
No te lo pienses, ¡alquilar es la mejor opción! Eso sí, aquí no vale todo. Déjate asesorar por los profesionales y hazlo con los que son, verdaderamente, expertos en la selección del inquilinio.
