En caso de avería, arreglo de desperfectos y reparaciones de cualquier índole, evidentemente, entre el propietario y el inquilino anda el juego. No se trata de echar a cara o cruz a quién ha de atribuirse tal responsabilidad en según que casos. Ahora, bien, en ocasiones, la realidad llega a superar la propia ficción.
En este post, desde Arrentum, queremos aclarar una serie de cuestiones al respecto. ¡Ahí las dejamos caer!
Sentido común
Todo dependerá, como es lógico, del grado y alcance que motive la reparación así como de los condicionantes que hayan provocado la situación. El sentido común es lo mejor en estos casos. Y, por supuesto, las cláusulas legales que figuran en el contrato son el mejor aliado en el hipotético caso de que las cosas puedan tergiversarse.
Límites y no límites
Naturalmente, el tipo o grado mismo de la reparación marca los límites. Si se trata de un hecho o circunstancia menor o puntual (grifo que gotea, puerta desencajada, etc.) y es derivado de su uso o utilidad será el propietario el que ha de asumir el coste de reparación. Ahora bien, si la situación ha sido provocada por un descuido, accidente, etc. cometido por el inquilino, es él a quién le compete hacer frente a la reparación. O, mejor dicho, quien rompe paga.
Aplicando la misma medida, ante desperfectos de cierta importancia y siempre y cuando sean derivados de la empleabilidad de los enseres, utensilios o estructuras mínimas del hogar, es el casero el que tiene que dar respuesta a la reparación. Lo mejor de todo es ser claro y mantener una relación óptima entre las partes. Es más, no hay que olvidar que un buen seguro de hogar contribuye a minimizar los costes en caso de reparaciones de cierto grado o nivel.
Responsabilidad compartida
Propietario e inquilino comparten la responsabilidad de velar, conjuntamente, por la buena conservación tanto del continente como del contenido del hogar. En este sentido, conviene que ambos sean conscientes de las responsabilidades y atribuciones que le corresponden para evitar cualquier tipo de malentendido.
En materia de reparaciones, todo dependerá de las circunstancias, lo que está claro es que tanto arrendador como arrendatario están llamados a entenderse.
