Puede parecer un dilema, ¿verdad?, pero es más fácil y sencillo de resolver de lo que parece. En esta entrada del blog, vamos a poner en la balanza si es mejor vender o alquilar un inmueble para que, tras su lectura, decidas por ti mismo.
No queremos influenciarte pero, déjanos decirte que tratamos de poner encima de la mesa las cartas boca arriba. ¡Toma nota!
Quién vende acaba
En clave de rentabilidad, la venta de cualquier piso o inmueble tiene sus días contados. Sí, puedes disfrutar durante x tiempo de los beneficios obtenidos pero lo material acaba por extinguirse, en este caso, el dinero adquirido de su venta.
Con el alquiler esas posibilidades de rentabilidad son mucho menos limitadas y te permiten mayores márgenes de ganancia si te decantas por una óptima y adecuada gestión del alquiler. Por tanto, recuerda quien vende acaba y quien alquila gana a corto, medio y largo plazo por medio de una rentabilidad constante y asegurada.
Papeleos y trámites
La venta del inmueble puede, en ocasiones, enmarañarse hasta niveles que ni te imaginas. La tramitación es un proceso burocrático farragoso y no exento de complicaciones. Tendrás que hacer frente en la fase de compraventa a numerosos papeleos, gestiones, con las correspondientes pérdidas de tiempo que a veces son inservibles.
Si nos vamos al terreno del alquiler todo es mucho más fácil. En este caso, el proceso está dominado por una tramitación menos complicada, más sencilla y rápida. Frente a los numerosos papeleos y trámites burocráticos, todo queda restringido a un simple pero legal proceso de arrendamiento.
Mercado restringido
La compraventa de un inmueble se adentra dentro de un mercado mucho menos competitivo y, en ocasiones, inaccesible para muchos.
En el caso del alquiler las posibilidades de inversión son múltiples, variadas y hasta atractivas. El sector, al contrario que en el caso anterior, se encuentra en un fuerte proceso de expansión y de crecimiento, tal y como señalan los indicadores económicos, y no se encuentra tan saturado como el de la compraventa. Asimismo, las restricciones son mucho menores y se facilita más el acceso al mercado del alquiler que, en contraposición, al de compraventa.
Mínima inversión
Frente a la mínima inversión, en cualquier sentido, que requiere el alquiler, la venta de un inmueble, por el contrario, necesita, en ocasiones, de inversiones disparatadas que luego no sabes si vas a poder recuperar, en alta medida o equiparablemente, sus mismos beneficios.
Para colmo, en ocasiones, un piso en propiedad puede convertirse más bien en una carga. Eso no te pasará en el alquiler donde los beneficios y las rentabilidades crecen exponencialmente de una manera continua y asegurada. ¡Vamos todo un chollo! Tú decides