Consejos para una buena relación propietario-inquilino

  27 noviembre, 2015

No siempre las relaciones entre un propietario e inquilino son todo lo provechosas y fructíferas que deberían de ser. La confianza mutua y la cordialidad han de ser la base de las mismas. Una relación constante y fluida es la garantía para el entendimiento y por supuesto, el respeto compartido ha de ser un elemento fundamental que no debe faltar en el alquiler.

Desde Arrentum, nos gusta que los propietarios e inquilinos se lleven muy bien y que asienten su relación desde el compromiso y la responsabilidad de cada una de las partes. Por ello, porque somos conscientes de esa misma necesidad, en este post queremos daros unas cuantas pistas.

relación propietario e inquilino

Cumplir con los compromisos

Cada uno, en su parcela, ha de cumplir con las responsabilidades comprometidas en el contrato de arrendamiento. De un lado, el propietario, ha de favorecer todos los mecanismos y las garantías necesarias para que el inquilino disfrute de un alquiler cómodo y de calidad. Por otro lado, el propietario ha de asumir el compromiso de cuidado del inmueble, de pagar las cuotas mensuales, etc.

De cumplirse los compromisos básicos, los problemas quedarán de lado, y la relación se verá afianzada y construida en la confianza, desde el buen uso y ejercicio de la responsabilidad.

Comunicación permanente

Es la regla del oro en el alquiler. Una comunicación constante permite que la relación entre propietario e inquilino se vaya, poco a poco, consolidando. El diálogo y el consenso es la base para ello.

Si ambos descuidan la comunicación, los problemas vendrán seguro o se podrán ir agravando.

Si el propietario no pudiera encargarse de llevar a cabo ese seguimiento para una adecuada relación, lo más recomendable es acudir a los profesionales del alquiler, a los que somos Expertos en la Selección del Inquilino para prever, evitar o paliar cualquier problema que pudiera empañar la relación entre ellos.

No meterse donde no nos llaman

Propietario e inquilino ha de respetar, cada uno y a un mismo tiempo, los propios límites. Entrometerse en ellos o sobrepasarlos, de manera injustificada, puede ser un riesgo para la relación, incluso ponerla en peligro.

Por tanto, nada mejor que se practique la transparencia, la flexibilidad y los deseos de respetarse mutuamente; es decir, no meterse en entresijos, o donde no nos llaman para evitar posibles infortunios o discrepancias.

Legalidad

Propietario e inquilino, en común armonía, han de sentirse cómodos y respaldados. Eso se consigue con un buen contrato de alquiler que satisfaga las necesidades de las partes y sea condescendiente con cada uno de los derechos que les pertenece.

En este sentido, el contrato de alquiler aporta otra de las bases para la correcta relación entre arrendador y arrendatario. En él, para su eficaz entendimiento, han de contemplarse legalmente las condiciones que de mutuo acuerdo acuerdan cumplir y comprometerse. Otro paso necesario para afianzar una buena relación.

Una última cuestión, dos no discuten cuando uno no quiere, por eso, otro de los mejores consejos, para favorecer una buena relación entre propietario e inquilino, es el hecho de tener voluntad, voluntad de entenderse, de respetarse y de querer mantener la mejor de todas las relaciones. Ya sabéis, ¡a ponerlas en práctica!

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