En ocasiones, las apariencias engañan. En el alquiler esto pasa también a menudo y suele ser una constante. Así que, más vale estar alerta y despierto para que así puedas detectar las bondades del posible y futuro arrendador que tengas delante. ¿Qué como se reconoce al buen inquilino? ¡Nosotros te lo contamos!
Legal y transparente
Un buen inquilino le gusta dejar, desde el principio, las cosas bien claras. Es una persona que no tiene nada que esconder, que se muestra transparente y que es facilitador de las gestiones que conlleva el proceso de alquiler.
Le gusta ser conocedor y acreedor de sus derechos y obligaciones conforme a lo que estipula la Ley de Arrendamientos Urbanos. No le gusta salirse, ni por un mínimo, de los límites establecidos en la legislación vigente.
Además, se implica en las diversas gestiones derivadas del alquiler para disfrutar del inmueble lo antes posible.
Accesible y flexible
El buen inquilino se le reconoce por mostrar disposición a la hora de negociar condiciones, cláusulas que han de figurar en el contrato de arrendamiento, etc. Además, muestra un afán negociador y conciliador ante cualquier discrepancia y es un ser empático que se hace entender y ser entendido a la hora de formalizar el contrato.
También es una persona que no le molesta, para nada, ser evaluado y analizado en lo que a solvencia y viabilidad económica financiera se refiere. Es más, esta circunstancia constituye, tanto para él, como para el propio propietario un aval de confianza.
Responsable y comprometido
Un buen inquilino es, por encima de todo, cuidadoso de las formas y relaciones a las que está llamado a compartir con el propietario. Desde el primer instante, muestra un carácter dialogante, abierto y colaborativo con el que podría ser su futuro “casero”.
Es cuidadoso de lo ajeno, tanto o más como si fuera suyo. El buen inquilino se compromete, personal y legalmente, a hacer frente a sus atribuciones y responsabilidades con alto honor y en gran medida.
Con un inquilino que cuente con este perfil, la buena relación entre éste y el propietario está asegurada. Y hasta en eso se sabe apreciar al futuro arrendador. Por tanto, pon a prueba a tus candidatos y si identificas en ellos alguna de estas características, descritas anteriormente, no te lo pienses dos veces. Ese puede ser el inquilino perfecto que andabas buscando.