Gestionar o liderar un equipo es una cuestión más complicada de lo que a simple vista puede parecer. Tampoco se trata de una tarea imposible. Más aún, nadie nace predispuesto a ello. Por tanto, se intuye que es cuestión de “querer hacerse” más que de “saber hacer”.
Desde Arrentum, os proponemos una serie de características o habilidades para no desfallecer en el intento. ¡Seguro que os interesan!
Ejemplarizante
Un buen gestor ha de ser ejemplar para con su equipo. De hecho, los integrantes del mismo han de verle como referente, especialmente, en la forma de actuar y de interrelacionarse con los demás.
Bajo ningún concepto habla de “yo”, sino de “nosotros” y a su vez, practica la escucha activa, es calmado y tolerante e incluso, demuestra simpatía, buen humor, sonríe…
Fomenta la confianza
Sin confianza no existe éxito de proyecto. Se asegura de que tanto el cliente como el equipo en sí compartan el mismo objetivo. Por ello, ha de mostrarse en un continuo y permanente afán colaborativo. Reconoce el buen trabajo y hace que sea protagonista tanto el cliente como los miembros en los que confía cualquier decisión y actuación.
Tolera errores
Ante posibles errores o meteduras de pata no busca culpables. No acusa ni recrimina, más bien todo lo contrario. Hace reflexionar sobre los posibles infortunios y establece todos los mecanismos a su alcance para hacer ver al equipo aquello que es susceptible de mejora.
Promueve la confianza y la participación
Un buen gestor, de igual modo, ha de favorecer las conversaciones sinceras y crear un ambiente constructivo para converger en los conflictos y así impedir actitudes recriminatorias, atacantes o acusadoras dentro y fuera del propio equipo que, dicho sea de paso, ha de liderar con diplomacia, acierto y buen hacer.
Asimismo, ha de actuar con transparencia, con cercanía comunicativa para favorecer la integración y la actuación de cada uno de los integrantes del equipo. También ha de tratar de crear, en la medida de lo posible, cohesión y sentido de pertenencia e identidad del grupo que, sin duda alguna, revertirá en los mejores resultados y en la consecución de los objetivos.
Estas y otras muchas habilidades configuran el perfil de un buen líder. El resto es cuestión de práctica. Así que, ya sabes, para ser un buen gestor de equipos no dudes en echar mano de estos consejos. ¡Funcionan!
