Alquilar conlleva tomarse su tiempo. Cualquier decisión que se tome a la torera no es buena señal si lo que quieres es disfrutar de un alquiler tranquilo y de calidad. A veces, por desconocimiento se toman decisiones equivocadas que, más adelante, acaban por jugar malas pasadas.
Por ello, porque en Arrentum nos gusta que los inquilinos también disfruten de su alquiler a tope, queremos daros una serie de ítems sobres los errores que todo inquilino ha de evitar. Sí o sí.
No aceptar lo que no está en contrato
No te puedes fiar, ni tan siquiera de las palabras pues, como bien sabes, se las acaba llevando el viento. Así que, todo tiene que estar escrito –y bien escrito- en el contrato de arrendamiento.
Cualquier condición, sea del tipo que sea, debe quedar registrada en su correspondiente clausula que, evidentemente, todas y cada una de las condiciones a las que te comprometas habrán de estar cotejadas con tu firma.
Por tanto, tanto lo que aceptas como lo que no, todo ello, es mejor dejarlo por escrito para evitar posteriores sorpresas. Más que nada, porque donde se dice “digo…”, a buen entendedor, las palabras sobran.
Adelantar cualquier dinero
Una vez que cierres las condiciones económicas en lo que se refiere a la cuota mensual de alquiler, necesidad y disposición de avales, etc., no conviene dar ninguna señal o dinero por adelantado y menos aún si, el detalle no consta en algún tipo de documento o contrato oficial.
También existen propietarios que son muy amigos de lo ajeno. Por tanto, lo mejor es que una vez que aceptes y firmes el contrato, y con las llaves en la mano, tras el primer mes de alquiler entonces sí, será el momento en el que deberás acometer el pago de tu primera cuota, mientras tanto, con el dinero tampoco se juega.
Aceptar el precio del alquiler a la primera de cambio
Esto es otro error importante que no debes cometer. Tienes que valorar para ello el precio óptimo que deviene de los precios existentes en la zona en la que decidas alquilar, los servicios que se te ofrecen, el número de habitaciones y baños; es decir, estudia al detalle todas y cada una de las cuestiones y por supuesto, si crees que son disparatadas, trata de renegociar o hacer una contraoferta.
Lo más recomendable es estar al tanto de las propuestas que te haga llegar tu posible casero. Estúdialas, compáralas y no te lances a la aventura. Es el mejor consejo que te podemos dar. Y, por supuesto, si tienes dudas, en Arrentum tienes a los Expertos en la Selección del Inquilino para reencauzar posibles errores o para evitar que lo sigas cometiendo como inquilino. ¡Infórmate!