Caer simpático y en buena estima a tus clientes no es una cuestión fácil que bien merece no dejarla pasar por alto. Ganarás más siendo una persona cercana a ellos que siendo distante y antipático. No se trata tampoco, ni mucho menos, de ser el más gracioso. Como bien apunta el refrán “no es lo mismo ser gracioso que caer en gracia”. Por ello, es importante que tengas en cuenta una serie de trucos como los que te desvelamos a continuación. Si los pones en práctica, probablemente, caerás muy bien incluso a tus detractores u opositores. ¡Ponlo a prueba! ¡Funciona!
Sé tú mismo
La autenticidad y el mostrarse tal y como eres es la mejor arma para vencer a cualquier situación y anteponerse a cualquier circunstancia. No existe nada mejor que ser uno mismo. Caerás excelentemente bien, particularmente a tus clientes, si sabes ir de frente, si te muestras transparente. Pues, ante todo, de lo que se trata es de que te ganes su confianza y no hay nada mejor para ello que ser uno mismo, nunca jamás el que pudo ser.
Por tanto, olvida vender lo que no eres. Sé tu mismo, auténtico. Muestra tu personalidad, tu lado más amable y te meterás en el bolsillo a tus clientes, a los tuyos e incluso, a los que, de entrada, podrían rechazarte.
Sé positivo
Para caer bien a tus clientes has de ser, por encima de todo, optimista, resolutivo y enérgico. Si eres negativo generarás rechazo desde el primer momento y eso genera lo contrario, lo que quizás no te interesa: antipatía.
Es importante que frente al cliente derroches buenas dosis de optimismo y de positividad. Has de ser capaz de proponer siempre soluciones y alternativas que susciten el interés y el atractivo de tus interlocutores. Incluso, hasta si fuera necesario, has de levantar el ánimo de los clientes que acuden a ti demandando ayuda y orientación. Por tanto, no te dejes vencer por el pesimismo y la negatividad. Frente a cualquier reto o situación complicada echa mano de la buena energía y tendrás mucho terreno ganado frente a los demás.
Busca la complicidad
Caerás amable y simpático si tratas de buscar y favorecer la complicidad con tu cliente. Además, esto posibilita la creación de fuertes lazos y vínculos profesionales que te unirán más a él y viceversa.
Has de ser capaz de detectar esa complicidad, difícil de conseguir, pero que es posible si eres capaz de valorar a cada cliente como una oportunidad única y privilegiada para establecer una relación cordial y de muta y plena confianza que ha de ser duradera y satisfactoria para ambos.
Practica la empatía
Las personas empáticas suelen caer simpáticos a los demás. La empatía es la capacidad de saber ponerse en los zapatos del otro, de hacer suyos sus planteamientos y entenderlos. Por tanto, si practicas la empatía con tus clientes, como capacidad de saberlos entender y que ellos se sientan escuchados, tendrás mucho ganado para conquistarlos.
Sé flexible
Una persona que es flexible y que es capaz de dar su brazo a torcer, ante ciertas circunstancias o supuestos, es simpática por naturaleza. La flexibilidad es una herramienta importante que elimina toda barrera o antipatía. Por tanto, sé flexible y ganarás puntos para ser empático, amable y afable.
Busca el diálogo
Si buscas el diálogo y el consenso con tus clientes habrás sumado puntos a la simpatía. Es importante que el diálogo sea la base de la relación que ambos estrechéis. Además, si lo fomentas con unas buenas dosis de sonrisa habrás ganado un cliente amigo, fidelizado y contento.
¿A qué no es tan difícil, verdad? Pues ya sabes, aplica estos trucos y, a buen seguro, te convertirás en una persona simpática, amable y afable para con tus clientes. Ellos te lo agradecerán y al fin y al cabo, tú saldrás ganando.
