Uno de los principales miedos que acechan a todo propietario a la hora de alquilar su piso es el del riesgo de sufrir un impago. Caer en las garras de un inquilino moroso aparte de ser un fastidio implica pérdidas de tiempo, de energía y de esfuerzos: abogados, meses de espera para lograr recuperar el inmueble, las escasas garantías para encontrarlo en un buen estado.
En definitiva, para evitar males mayores o disgustos innecesarios, desde Arrentum te proponemos unos cuantos consejos. ¡Seguro que os pueden ser de gran ayuda!
Acudir a los profesionales
Es la mejor de todas las recomendaciones. La mejor de las garantías pasa por confiar en los Expertos en la Selección del Inquilino.
Desde Arrentum, ponemos todos los medios a nuestro alcance para evitar el impago en el alquiler. Por ello, nos implicamos, desde el primer instante, en que nuestros propietarios disfruten de un alquiler con el mejor de los inquilinos. Para ello, activamos unos mecanismos de selección muy rigurosos y selectivos y nos encargamos de la gestión del arrendamiento de manera integral.
Contratos legales
Un buen contrato bien elaborado y que reúna todos los prerrequisitos legales que ampara la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), es un elemento indispensable para favorecer un alquiler de máxima calidad y con todas las medidas preventivas a tu alcance.
Al respecto, necesitarás de profesionales que, a su vez, te orientarán en todas aquellas cláusulas que no deben faltar para que todo quede bien atado y evitar problemas futuros.
Cumplir con las obligaciones
Comprometerse con un contrato de arrendamiento implica también la necesidad de que todo propietario deba hacer frente a sus responsabilidades convenidas en el mismo.
En este sentido, para evitar un impago o problemas con tu inquilino conviene que establezcas una relación cordial y que atiendas a sus demandas y peticiones (reparar una avería, cambiar la lavadora…).
No sólo hay que exigir el derecho de cobrar la renta, sino que también todo propietario no puede descuidar sus deberes para favorecer un alquiler estable, de calidad y con todas las garantías. Así, evitarás todos esos quebraderos de cabeza que llegan a producir los impagos del alquiler.