Alquilar o comprar, esa es la cuestión. Todo en la vida tiene sus múltiples ventajas e inconvenientes. La compraventa de un inmueble comporta una serie beneficios, sería negar una realidad, pero aún más amplios son los que derivan directamente del alquiler.
Para empezar, alquilar es mucho más asequible, sencillo y rápido que la compraventa, sometida, en ocasiones, a innumerables cuestiones burocráticas que dilatan el proceso haciéndote perder tiempo y esfuerzo.
Accesible y eficaz
El proceso de alquiler suele estar más al alcance de todos, a la altura de cualquiera. Es un mercado que facilita la posibilidad de acceder a él a cualquier persona que cuente con unos mínimos para hacer frente a sus responsabilidades como arrendatario. Además, la calidad del mismo, entre otras razones, se mide cuando este es eficaz, rápido y libre de “papeleos” que pueden hacer farragoso el proceso.
En cambio, la compraventa exige asumir esfuerzos de todo tipo, empezando por los económicos de cierta relevancia, gastos imprevisibles, y mucha burocracia por delante que ralentiza el poder disfrutar lo antes posible de tu vivienda.
Más rentabilidad
Con el alquiler una rentabilidad continúa, permanente e intermitente está más que asegurada. Con él podrás obtener unos beneficios mucho más ventajosos, atractivos e interesantes de los que te puede ofrecer la compra de un inmueble. Piensa que, cualquier vivienda o piso, inmediatamente tras su adquisición comienza a perder cierto valor.
Con el alquiler ese valor puede ser modificado y aumentado gracias al margen de libertad que ofrece el sector. No es un sector encorsetado como sí ocurre en el ámbito comprador. Pues, quien compra limita sus posibilidades de ganancias.
Libre de cargas
Comprar implica quedar sometido, en la mayoría de los casos, a la carga de la fastidiosa hipoteca. Un peso demasiado latoso que puede hacer más complicada la decisión de comprar, inclusive, de por vida.
Eso no te pasará si alquilas. No pienses que es “quemar” el dinero pues, por encima de todo, ganarás en calidad de vida. Es preferible disfrutar de tu alquiler, de un arrendamiento al alcance de tus posibilidades y necesidades, a que tengas que pegarte con la almohada todas las noches cada vez que sientes encima el peso del pago de la hipoteca.
Cambiar el rumbo
Además si alquilas puedes tener la posibilidad de cambiar cuando quieras de piso. Si te aburre la idea de estar viviendo en la misma casa durante años, siempre puedes llevártela a cuestas y mejorar tus posibilidades de arrendamiento disfrutando de otro inmueble.
Si compras un piso y luego te disgustan ciertas cuestiones, no queda otra que fastidiarse. Tus posibilidades de seguir mejorando se habrán visto mermadas.
Si quieres comprar una vivienda hazlo pero has de saber que, cada vez más, el alquiler se está poniendo de moda. Y está siendo posible porque te ofrece mayores ventajas que favorecen la calidad de vida en lo que a libertad, rentabilidad y accesibilidad se refiere. ¡No lo dudes y déjate dar la mano del alquiler!
